A nadie se le desea un juicio, sea en invierno o en verano. En verano los juicios se agravan, sobre todo si la vista se celebra en los Juzgados del Prado. Un buen abogado debe aconsejar a sus clientes que lleguen una hora antes si van en coche o, en caso contrario, que viajen en transporte público, ya que las pocas plazas de aparcamiento se agotan a primera hora. Se debe ir con ropa fresca, porque la espera en los pasillos es infernal porque no hay aire acondicionado.
Muchas personas han de soportar los retrasos de los juicios o declaraciones: la temperatura oscila entre 40 y 50 grados. El letrado debe advertir llevar líquidos frescos, porque las fuentes no funcionan y las máquinas de bebidas no suelen reponerse.
El cliente debe ir a los servicios de la planta baja antes de subir, ya que arriba no hay baños. Con lo cual, suele ocurrir que después de esperar dos horas junto a la puerta de una sala de vistas, el paciente súbdito pida permiso a su abogado para bajar cinco minutos y al letrado le de un dolor de barriga temiendo que sean llamados por el agente judicial. Hay jueces que dan por no comparecido al sufrido ciudadano que se ausenta por una necesidad fisiológica. De manera, que pleitos tengas y los ganes, pero en invierno.
El correo de Andalucía 22 de mayo 2006.