Hasta hace poco, no más de una década, el ciudadano que se veía necesitado de acudir a un abogado por primera vez, antes de marcar el número de teléfono, quizá imaginara a un abogado mayor, con gafas, serio y distante, detrás de una gran mesa abarrotada de papeles. Antes, casi todos los bufetes eran individuales. Los bufetes se han tenido que convertir en empresas y organizarse como éstas. Es difícil que un profesional pueda sobrellevarlo todo. Unas veces se han unido los letrados para compartir gastos, otras para especializarse en diversas materias del derecho.
El caso es que hoy día, en Sevilla capital, cada vez son más los despachos con dos o más letrados. Se trata de gabinetes pequeños o medianos, que todavía se pueden permitir tener un trato personal con el cliente. Y junto a estos nuevos bufetes, aparecen los grandes despachos nacionales e internacionales. Así, acaba de presentarse a la prensa la fusión entre el nacional Cuatrecasas y el sevillano Olivencia-Ballester, empresa de servicios jurídicos que asesora principalmente a grandes entidades. Ya no son unos pocos abogados: son plantas enteras que se asemejan a las firmas americanas. El bufete pequeño y mediano siempre tendrá su sitio, para los clientes que quieran que el titular esté allí mismo.
El correo de Andalucía,13 de febrero de 2007.