Leí unas declaraciones de un ex presidente de la Junta poniendo verde a un exvicepresidente del gobierno. También leí una entrevista de un ex alcalde de Sevilla, cuyo contenido es un brote de aire en nuestra democracia. Porque debemos de irnos pareciendo poco a poco a los norteamericanos o a los británicos, en cuyos parlamentos se puede votar en contra de una propuesta del propio partido.
Por eso, cuando Manuel del Valle dice que no está de acuerdo con el diseño del Estado del actual gobierno, ni con el tipo de negociación que se está llevando a cabo con los terroristas, ni con los matrimonios entre homosexuales, tengo que volver a mirar el nombre y la foto del entrevistado. No es costumbre en los partidos disentir respecto a las tareas que están realizando en el gobierno otros miembros.
Además, este tipo de afirmaciones pueden servir para corregir rumbos equivocados en cuestiones fundamentales para nuestro Estado de Derecho. Y quizás sean fruto del sano ejercicio de estar un tiempo fuera de la política activa. Eso significa poner convicciones personales y la ética por delante de las disciplinas y valentía para decir lo que quieras. Y hace que los ciudadanos tengamos esperanza en el fortalecimiento de nuestra democracia y de nuestra patria.
El correo de Andalucía,19 de junio 2006.
